martes, 30 de junio de 2015

Monte Calvario

Feneció mi corazón con su expiro,
Llora mi alma, el rojo clavel,
Que desprende su costado herido,
Como herida el alma de su Madre.

Lloran mis ojos la tristeza,
Que hoy yace en el Calvario,
Ilusión que se lleva el viento,
Al clavar de la lanza punzante.




Vivo bajo la piedra que me hunde,
Como hundida el alma de María,
Que desprende ríos de amargura,
Por el rosa nacarado de su cara.

Busco el sendero que me guie,
Hasta el pie de la abierta yaga,
Donde mana sangre sagrada,
Para darle vida, al ciego como yo.

Lamento la decisión inapelable,
Ilusión que se llevo el viento,
La mano que empuño el clavo,
Para dejarlo, tendido sin aliento.

Feneció mi corazón ante su Cruz,
Buscando el clamor de su presencia,
Que es hoy la más pura esencia,
Inerte en el Monte Calvario.