Se anega en Ti mi mirada
Al verte repleto de espinas,
Llorando los ojos cuando caminas
Por la dura vida que iluminas.
Triste tarde de cielo aplomado
Donde hiere el alma al verte al viento,
Dejando tristeza en la clara Estrella
Hoy que para Ella, se abren las rosas.
Y pasas clemente sobre el sendero
Cubierto de esperanza y consuelo,
Llevando la ilusión por lecho
Y yo, clavo que se clava en tu pecho.
Y ahora que la noche tiende su manto,
Y en cenizas se tornan las nubes rojas,
Habrá brisa y llanto entre varales,
Y hombros, para tanta Piedad.
Quiero que a la llegada del alba
Florezcan los suspiros que se ahogan,
En este tintineo de rosarios
Que le da humildad, a tan noble rostro.
Y un susurro de Avemarías,
Sobreviven entre silencios dormidos,
Cuando el Lirio Nacarado,
Enfoca las estrechas calles de Jaén.
Blog poético dedicado por completo a la Semana Santa Jienense donde tendrán cabida y cobijo todas las imágenes, las hermandades los imagineros y personajes relacionados con este tema. Espero que nadie se sienta ofendido y si agradecido puesto que mi intención es engrandecer algo mas la literatura y la pasión por la Semana Santa de mi querida tierra.
viernes, 31 de octubre de 2014
jueves, 9 de octubre de 2014
De madrugada
En este Verger florido,
Llora la bella azucena,
Que de tristeza va llena,
Esta flor, de corazón herido.
La cubre un eco de bondad,
Con remansos de dulzura,
Y en su caminar la ternura,
Repleta de amor y verdad.
Lloran con Ella los pétalos,
Que venturosos brillan,
Mirando tan dulce mejilla,
Que a sus pies Jaén se humilla.
En silencio llora su pena,
Esta flor, esta azucena,
Que de madrugada va plena,
De llanto, amargura y tristeza.
Herida llega ante el Lirio,
Repleta de aroma y esplendor,
Y el palio todo dolor,
Dando luz, a la Madre de Dios.
Llora la bella azucena,
Que de tristeza va llena,
Esta flor, de corazón herido.
La cubre un eco de bondad,
Con remansos de dulzura,
Y en su caminar la ternura,
Repleta de amor y verdad.
Lloran con Ella los pétalos,
Que venturosos brillan,
Mirando tan dulce mejilla,
Que a sus pies Jaén se humilla.
En silencio llora su pena,
Esta flor, esta azucena,
Que de madrugada va plena,
De llanto, amargura y tristeza.
Herida llega ante el Lirio,
Repleta de aroma y esplendor,
Y el palio todo dolor,
Dando luz, a la Madre de Dios.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)